"Fluidos Corporales" (Reseña)

¿Qué pensarías si supieras que muy pronto vas a morir?

¿Qué tipo de emociones emergerían? ¿Qué reflexión se anidaría en tu raciocinio?

Tal vez intentes abandonar, arrinconar este tipo de pensamientos, puede que ates esta certeza con un gran nudo y lo aísles en el fondo de tu mente... Pero no por eso deja de estar ahí y deja de ser cierto. Probablemente la única verdad absoluta sea que todos vamos a morir, triste realidad.

Y engrendando esta interrogante en ti, querido lector, comienzo esta reseña, proporcionaré algunos datos básicos antes de profundizar sobre esta historia.

Título: Fluidos Corporales

Autor: Jaime Aguilera

Editorial: Adarve

Páginas: 143
Calificación: 📚📚📚📚

Este tema no es algo nuevo en la literatura, en mi caso particular cavilé en la breve novela de León Tolstoi " La muerte de Iván Ilich" que tal y como el título sugiere, documenta el severo sendero por el cual nuestro protagonista condenado a muerte tiene que transitar, expone sus reflexiones, pensamientos y arrepentimientos... por última vez y aunque "Fluidos corporales" no posee ese halo doctrinal, manto paternal que caracteriza a Tolstoi, en definitiva la pluma de Jaime Aguilera aborda estos aspectos, y no es sorpresa que sea una cuestión de eterno interés, tema que a pesar de ser cabalmente explorado sigue causando expectación. 

La muerte sigue siendo la reina del baile, esa chica popular y cruel que todos odian y sin embargo roba todas las miradas y atención... sólo nos queda observar impotentes y de brazos cruzados.

Algunos ante tan desmoralizante incapacidad de control, posan las manos sobre los ojos, tal y como un niño amedrentado teme el llegar de la sombría noche y las monstruosas criaturas que habitan en ella, lo que hace que se resguarde debajo de una manta que en su mente logra protegerlo, otros deciden rendirse ante tan inevitable y fulminante acontecimiento, logran hacer las paces con el enemigo, se someten y se resignan. Sea cual sea nuestra respuesta u opinión, la validez de este suceso es incansable, ya que nos concierne universalmente: ricos, pobres, guapos, feos, inteligentes, tontos, profundos como un océano o como un charco, todos tenemos la misma cita con la muerte.

Si te parece que me he extendido inútilmente en esta temática y te encuentras algo impaciente, lamento disentir, porque reseñar un libro no consiste en parlotear indiscretamente sobre su contenido, cada persona crea una apreciación impar de él, un escritor puede tener un concepto establecido sobre su historia pero termina de ser verdad absoluta y exclusiva al caer en las manos de un lector, tan impares pueden resultar las opiniones o percepciones de un mismo libro ¿de qué trata para ti Orgullo y Prejuicio? ¿Una historia de amor? ¿Tal vez una crítica social? ¿O una novela pesada y aburrida en donde no pasa nada? Tal vez Austen tenía un precepto claro y cristalino como el agua, sin embargo, hemos rescatado lo que más nos apetece, que puede sea contrario al significado intrínseco de la novela.

Fluidos corporales deja mucho en que reflexionar, pero para mí se resume en muerte y crudeza con un atisbo de esperanza, me explicó. Nemesio Fernández autodefine toda su vida con tres palabras que comienzan igual:

• Estreñido.

• Estructurado.

• Estepario.

Al ahondar en su interior y autoexaminarse, al ver en un espejo su reflejo, se golpea severamente contra la dura pared de la realidad, e insatisfecho con quien irreflexivamente ha llegado a ser, decide en lo que le queda de vida convertirse en el antagonista de su propio yo, su vida ya no sería estructurada, más bien desorganizada, su vida ya no sería un terreno llano y seco, rebosaría de acción... pero no es tan fácil dejar de ser uno mismo, mucho más simple es recaer y converger en el mismo lugar donde partimos.

Mas no te vayas a confundir ante tal panorama, creyendo que has logrado unir fácilmente el rompecabezas. Aguilera fue lo suficientemente sagaz e inteligente para no caer en la tentadora trampa de edulcorar tan trágica historia. Nemesio, al sentir cerca la muerte, no huye a París donde encuentra el amor de su vida, desfalleciendo en paz con su alma gemela (CLICHÉ) no sufre ninguna catarsis milagrosa que le permite reconciliarse con su padre después de años de interrumpida relación (CLICHÉ). No... Jaime Aguilera fue valiente al desprenderse de tan desgastados y roídos recursos, ya que presenta una historia en un principio soporífera y que a más de un lector le resultará deprimente, más si te interesa un retrato detallado de la psicología del personaje en cuestión, lo encontrarás razonable, y a mí así me pareció.

La primera mitad del libro avanza reflexiva y sosegada, sin prisa, con tranquilidad. El autor tal y como un alfarero moldea el barro a su voluntad dedicándose a forjar tanto a Nemesio como su ambiente. Describe sus ideologías ante diversos temas: suicidio, vida sexual, amor, placeres simples en la vida como la música, y su ubicación paulatina ante esta inesperada etapa de su vida. Incluso nos abre una puerta hacia el pasado con las personas que habitaron en él, las cuales han quedado atrapadas en ese periodo de su vida, podemos entrar en esta cápsula de tiempo, más nadie puede salir. Jaime Aguilera desea que confíes en su manera de narrar la historia, que te sumerjas inconscientemente, y para ello elabora un personaje franco y real, una historia donde la noción del tiempo ha sido adulterada, pareciera que un día son mil años, sin embargo, recorrer estos diez siglos valen la pena.

Así se puede describir la primera mitad del libro, la cual ya me estaba satisfaciendo, sin embargo la fluidez narrativa dio tal giro... de un inicio pacífico y melancólico a un nudo en la trama vertiginoso e impactante y sorpresivo. Admito no haber logrado anticipar los sucesivos acontecimientos, lo que hizo que apreciará más la historia y disfrutará más la fluidez de la nueva narrativa, esta vuelta de tuerca logra crear en el espectador expectativa por lo venidero, la transfiguración que sufre el flujo narrativo impacta y emociona, incluso crea confusión, más no deseo formar un mal entendido, porque a pesar de su estilo reposado la historia jamás careció de ingenio, inteligencia y realismo, sin embargo esta última parte de la novela trató el tópico más interesante según mi parecer, pues expone una interesante interrogante.

¿Es necesario respetar las normas humanas y sociales cuando no tienes nada que perder?

¿Dónde se encuentra el límite de lo correcto o incorrecto? ¿Será tan sólo cuestión de percepción?

La moralidad y ética del personaje se ponen a prueba, explora una interesante cuestión, tal vez todos poseemos un Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Tal vez se ha domesticado o se encuentre en desuso, pero nuestra ruindad y capacidad para crear el mal siguen vigentes. No sabemos hasta dónde respetaríamos la ética establecida si en nuestro actuar no existirían las consecuencias o como en el caso de nuestro protagonista, no nos importara nada más.

En definitiva Fluidos corporales desencadena una serie de interrogantes y cuestiones merecedoras de análisis, tales como nuestra postura ante la muerte, el encontrarnos a nosotros mismos, nuestra opinión y percepción de los límites morales, etc.

A veces cuando leo alguna reseña sobre algún libro que ya he ojeado me divierto ante el diferir de nuestros criterios, o todo lo contrario, me alegro egocéntricamente al encontrar un parecer tan cercano al mío. Te invito a que retires la obra de las manos del autor para convertirla en propia, y así me enuncies tu criterio, tal vez nos preguntemos si hemos leído el mismo libro... no sería la primera vez.

"Sueña como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueras a morir hoy."

James Dean