El ECO (reseña)

"Quiza fuera como un reloj de arena,pero Petra era capaz de invertirlo y dar origen a nuevos comienzos. Ella, a diferencia del resto, no era un eco triste".





Autor: David Gómez
Editorial:Adarve
Páginas: 199 
Calificación: 🌟🌟🌟🌟🌟

Alguien grita con voz potente ... conforme se extienden las ondas sonoras, el sonido se percibe débil y confuso, el grito que en un inicio parecia un poderoso rugido se va degradando a un simple susurro. 

En eso nos convertimos al pasar el tiempo y los años, en un eco triste de lo que fuimos. 
Este elemento resuena en toda la novela.

"Si estuviese en su mano el poder de controlar el tiempo, no dudaría en abandonarse a un bucle eterno que comprendiera sus años de infanciaesta frase representa a nuestro protagonista.


¿Conoces a alguien pinchado por el aguijón de la nostalgia? Alguien que inconscientemente siente que todo lo que pertenece al pasado fue mejor; que "los recuerdos, incluso los malos recuerdos, terminan por volverse deseables con el tiempo". Tal vez si no identificas a nadie en tu grupo íntimo con estas características... tú seas esa persona. 

Esta historia comienza con Diego, un jóven universitario que vuelve a su ciudad de origen. Este bucle al pasado lo llevara a reunirse con personajes fundamentales en sus años de infancia y adolecencia. "Hay personas tan estrechamente ligadas a cierta etapa de nuestras vidas que, cuando uno intenta echar la vista atrás, la vasta mayoria de recuerdos que obtiene son aquellos que los conciernen.". Sin embargo esta vuelta en el tiempo dejó estragos en sus conocidos o la imagen con la que Diego había imaginado de ellos.

Imagina la pintura más trillada y sobreexplotada que encuentras en todas las redes sociales y hasta calcetines que se venden con tal imágen (¿La mona lisa? ¿La noche estrellada? Tú elije) y sin embargo para tí no deja de perder esa chispa, ese magnetismo, que logra hacerte sentir (¿No es eso acaso lo que busca el arte?)

Bueno, para Diego estos espejismos llamados amigos muy apesar de no ser mas que una sombra del ayer, no pierden su encanto. 

Vez entrar a ese chico o chica, con toda la confianza y alma que tú no tienes (o crees no tener); lo envidias, lo admiras, y tal entidad... te habla, nota tu existencia, de ahí en adelante otras personas que consideras tan afortunadas como tú son la pequeña sombra de este enorme ser. ¿Te sientes identificado?creo que en algun momento hemos estado en la posición de Diego al encontrarse en el sendero de la vida con Teo, toparse con esa persona que pareciera tener todas las respuestas, que sabe quién es y a dónde va...  

Pero que al rascar lenta pero constantemente sobre los años,recuerdos, al hacer un lado la nostalgia ... teniendolo cara a cara, analizando las palabras provenientes de su boca tropiezas con la mayor decepción: tu obnubilada mirada comienza a despejarse, entras en cuenta que nunca fue lo que vendió... como cuando vuelves a mirar esa pelicula que tanto amabas de niño y ahora te das cuenta que tiene el peor guión y las peores actuaciones.

Teo mientras duerme, en lo profundo de su sopor se mira como La libertad guiando al pueblo (Eugéne Delaceoix) se visualizaba como la personificación de la libertad, la independecia misma. Sus ojos sin parpadear miran sus pies descalzos e intangibles corriendo al frente eufórico ondeando la bandera con los colores rojo, blanco y azul, mientras sus compañeros de escuela corren tras él siguiendo sus pasos.





Pero tan solo era eso, un sueño.

Resultó ser el rostro oculto de" Retrato de una mujer" de Edgard Degasun mal boseto que no satisfacía a nadie, así que fue remplazado, oculto por algo más... Teo es una mentira andante, y eso es lo que lo hace tan interesante (el más interesante después de Diego). No mentiré, si yo hubiera conocido a Teo me habría absorto de igual manera, muchas de sus frases son mis preferidas del libro.

"La autenticidad es lo que mas valoro en una persona"

"La vida es una serie de momentos, Diego, y uno tiene que seleccionar muy cuidadosamente cada uno de ellos si quiere hacer de ella una experiencia memorable" 




Precisamente estos dibujos en papel de la personalidad de los compañeros, viajeros en el tiempo en este bucle desgastante de recuerdos es lo que hace a esta novela tan honesta y real, porque tú conoces a ese amigo que se vende como un ser etéreo, la libertad misma, cuando en realidad es un rostro oculto, una máscara. 


¿Y que tal esa chica que tenia esa aura magica de perfección? Te recordaba a la "Noche" de Edward Robert Hughes. Era tan densa, oscura y profunda como la noche y parecía que su cabello estaba adornado con las estrellas.

Al cruzar tu mirada con la de ella parecía "Venus Verticordia" de Rosseti. La transformadora de corazones, una divinidad que se encuentra dividida (segun su pintor... tú) entre lo puro y lo sensual, era una contradicción... fascinante.




Si te sientes identificado con la descripción de tales sentimientos lector, sabes cómo termina esto. Comienza el principio del fin cuando empacas tus maletas, tomas el autobús, sales de tu mundo de fantasía y te introduces al mundo real.

Diego se unió a la mundana rutina en su nueva escuela y entorno, pero inconcientemente dejó intacta esa burbuja de fantasía... más en algun momento tenía que explotar. Diego sintió el pinchazo y explosión de la realidad (así de frágiles son nuestras ilusiones, como una burbuja de jabón) cuando volvio a ver a Marina al rostro, frente a frente. Lo que le atravesó no fue su castidad, su feminidad ni divinidad... le atravesó hasta el alma un eco triste.

Teo fingió ser algo que no era y Diego cayó en el engaño, pero al detenerse, pararse realmente a reflexionar, se dio cuenta que Marina nunca fingió ser una obra llena de magia y perfección, él, sólo él lo había maquinado en su cabeza.

Marina nunca fue una diosa que se divide entre lo sensual y lo casto... de hecho mirando fijamente, acercando el rostro al lienzo, enfocando la mirada, puede percibir pinceladas mas bien melancólicas que sensualmente contradictorias, colores opacos como la noche, pero sin estrellas entre el cabello que iluminan su rostro. Ahora la visualiza en un enorme campo con árboles altos en el horizonte, no estuvo ahí cuando este cuadro fue pintado pero siente frio al verlo, es inexpresivo (irónico como algo tan neutral puede hacer sentir tanto) se encuentra ella de espaldas, arropada, encorbada, vislumbra solamente un poco de su rostro, logra traslucir tristeza. Da unos pasos atrás y la imágen completa es un paisaje sólopodrías gritar y nadie te escucharía, solo está ella y la naturaleza.

La mujer solitaria





Y es lo hermoso de esa pintura, Marina es una mujer rota, sola, tratando de encontrar su lugar en el mundo, y sí, puede que sea un eco débil de lo que Diego en su mente alimentó sobre ella, tal vez no es una diosa poderosa como en la pintura de Rosseti, ni tiene el magnetismo y brillo de la noche como la obra de Edward Robert Hughes, pero su cuadro tiene pintado en cada brochazo honestidad, la dura y fea verdad, es realista. 

La mujer solitaria es bella a su manera, al verla me imagino que apesar de su soledad está tratando de decidir qué camino tomar, aún y con su languidez y despropósito, aunque a nadie le importe, y para mí hay algo esperanzador en ello.

Marina esta llena de faltas, es gris y oscura como todos los mortales, pero Diego se acaba de dar cuenta. Pareciera que nuestro protagonista sólo ha sufrido decepciones desde que llegó a su viejo hogar, pero no pierdas la esperanza lector, que tal y como vimos unas líneas atrás, no todo es lo que parece.

A veces no logramos ser lo suficientemente perspicaces, no vemos más allá de lo obvio, ni tampoco valoramos lo que tenemos. Y ese fue el caso de Diego con Petra, su querida amiga de juego de la niñez. Petra era una bocanada de aire fresco en el viciado ambiente en este viaje al pasado. Cada vez que Diego tiraba una piedra en el pozo (alma) de sus fantasmas del pasado, Teo, Marina, escuchaba decepcionado un eco que comenzaba potente y se diluía a nada... 

Una vez más sin nada que perder Diego tiró la piedra al pozo, a las entrañas del ser de Petra... fue una extraña delicia escuchar el sonido de la roca entrando en contacto con el agua, oír las ondas en aumento... qué epifanía. Petra rebosaba de vida, no era un pozo seco, un eco triste. Diego era un árbol secándose, tal vez ella podría darle vida, podría convertirlo en un árbol frondoso, podría regarlo con las gotas de su alma y ser, y no tenía miedo a que el pozo se secara, parece profundo.

Petra parecía ese cuadro en la pared que conforme vas creciendo parece anticuado para ti, hasta "chessy" lo quitas de tu pared porque ya no va contigo ( aunque en realidad ni siquiera te conoces lo suficiente para saber que va contigo) lo dejas empolvado, formando parte del pasado, hasta que un día vuelves a mirarlo... y te das cuenta que mueve algo dentro de tí, te acercas, lo tomas con ambas manos, soplas dramáticamente sobre el vidrio para tirar el polvo ¿Cómo es que antes no lograste descifrar este rompecabezas? ¿Cómo es que no habías logrado entender su belleza, su encanto? Se encuentra en su rareza, transmite honestidad, autenticidad, esa es la palabra clave...
autenticidad.

Encuentras un poco de tí mismo en ese cuadro, con sentimientos encontrados cuelgas el cuadro, aunque no sabes cuando cambiaras de parecer, ahora mismo te parece toda una obra de arte.  

El eco es una novela que reflexiona en el pasado, con personajes y frases que sorprende pueda urdir un joven de mi edad, un libro que al cerrarlo te deja una mezcla de emociones, nuestro autor tomó el pincel y mezclo los colores: dolor, vacío, esperanza, soledad, amor, melancolía.
Ahora tú lector mira el lienzo con detenimiento y decide si te ha gustado el resultado.






 

 

Comentarios

  1. Me gustó la forma en que entrelazaste las obras de arte con los personajes. Leeré el libro pues me has dejado picada... Quisiera conocer a los personajes a más detalle y saber en si el desarrollo de la historia... Gracias

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  2. Espero y disfrutes la lectura, gracias por pasar por el blog.

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